Sonntag, 13. Juli 2014

Que difícil es ser neutral

Yo de verdad me esfuerzo al máximo por guardar distancia de todo aquello de lo cual me toca escribir. El periodismo es mi profesión, la que escogí, la que me gusta ejercer. Y ella demanda objetividad.

La neutralidad es la única arma que tenemos los que vivimos de esto para defendernos de las embestidas de los intereses ajenos. Sin ella no podríamos hablar con la libertad con la que lo hacemos (o por lo menos yo procuro hacerlo). Sin coerción, sin chantaje, sin censura. El periodista que no vela por su objetividad y neutralidad es un cabildero.

Pero hay ocasiones en las que es difícil guardar la distancia, ser neutral, ser objetivo, no involucrarse emocionalmente. Hoy, día de la final del Mundial Brasil 2014, del partido Alemania contra Argentina, es una de esas fechas.

Renuncio libremente, por un par de horas, a ser neutral y objetivo. ¡Quiero que el Mundial lo gane Alemania!

Espero que entiendan mis razones: he acompañado a esta generación de futbolistas alemanes, y el proceso que hoy los lleva a disputar la Copa del Mundo en el estadio Maracaná, desde sus albores.

La Copa Confederaciones del 2005 donde nació, el entusiasmo en torno a Poldi y Schweini como nuevos ídolos juveniles, el Mundial del 2006, el resurgimiento de la fe alemana en su fútbol, la derrota en Dortmund contra Italia en la semifinal, el partido por el tercer puesto en Stuttgart y la fiesta de agradecimiento de la afición, la Eurocopa del 2008, el gol de Torres que coronó a España y aplazó un sueño alemán, la recepción en Berlín, en la Puerta de Brandenburgo, el debut de Thomas Müller con el Bayern, su estreno con la selección y el desplante que le hizo Diego Maradona en el Allianz Arena (“¿Y este quién es? ¡Sáquenlo!”), el ascenso de Philipp Lahm como capitán de la selección, el Mundial del 2010 contándole a mis lectores que esta era una “Nueva Alemania”, la crítica con defensa -a y de- Joachim Löw luego del fracaso en la Eurocopa del 2012, el casi ocaso de Bastian Schweinsteiger, que en contra de todas mis predicciones, y de su entrenador en el club, ha vuelto a resurgir, y la oposición a que Alemania se “guardiolizara” del todo...

Todo esto lo viví, sucedió a un par de metros míos. Y fue aún más. Son muchas las experiencias tras una década de pagar la renta observando, acompañando, y hablando del fútbol alemán.


Lo siento. Podría decir “50 y 50”. Pero no lo haré. Hoy no. ¡HOY NO! (que difícil es ser neutral)    

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