Sonntag, 27. Februar 2011

Simplemente grandioso este Dortmund

Lo que tuve la oportunidad de apreciar ayer en el Allianz Arena, el fútbol practicado por el Dortmund con un equipo cuyo promedio de edad era de (¡apenas!) 22,3 años, fue simplemente grandioso, y no tengo ninguna razón para avergonzarme por calificarlo de esta forma, ¿por qué? lo justo es llamar a las cosas por su nombre y a la calidad de los virtuales campeones –ahora aún más cerca tras el 3-1 en Múnich- hay que rendirle los honores que se merecen.

A aquellos que están esperando que “le caiga encima” al entrenador del Bayern Louis van Gaal por plantear un partido que en la cancha nunca se desarrolló, o por hacer cambios inexplicables (como el de dejar en la cancha a Schweinsteiger y retirar a Luiz Gustavo, o la demora en ingresar a Kroos y a Klose) los voy a tranquilizar diciéndoles que no hay necesidad, porque los equívocos del uno son los aciertos del otro, y aquí sólo vale llenar de elogios al Dortmund en vez de buscar los fallos del contrario pues ellos no se dieron fruto del azar.

Los hinchas a morir del Bayern podrán excusar el “tropezón” y el “aterrizaje de nariz” de este sábado con los problemas del calendario y el poco tiempo de recuperación del equipo luego del exigente duelo en octavos de final de la Champions League contra Inter Milán, y la desigual situación del Dortmund que tuvo toda la semana para reposar y preparar a conciencia el partido en Múnich.

Tienen razón, pero uno de los principios más importantes de una competencia es explotar al máximo las debilidades del rival y transformarlas en fortaleza. Y eso fue lo que hizo el Dortmund todo el primer tiempo al impedirle al Bayern imponer su acostumbrado ritmo de control del balón obligándolo a correr detrás de él; a enfrentar duelos uno a uno y zonales cada vez que los locales estaban en posesión del esférico. El líder de la Bundesliga no fue al Allianz Arena a jugar de tú a tú con el dueño de casa sino que se plantó en la cancha para arrollarlo, para exigirlo al máximo forzando los errores.

La pérdida del balón de Schweinsteiger en el que sería el primero gol del visitante no fue una escena aislada, tan pronto el volante del Bayern se preparaba a recibir (válido para el resto de los muniqueses) tenía a su lado a uno o dos de los amarillo y negro, en el caso de la jugada que generó la apertura del marcador a Lewandowski y Großkreutz, quien al final fue el encargado de servirle magistralmente a Barrios por el corredor entre los dos centrales.

Los movimientos del Dortmund eran tan precisos y afinados que el Bayern tenía muy pocas opciones de oponer resistencia, incluso cuando se volcaba al ataque era claro que el líder estaba en capacidad de transformar cualquier recuperación en un fulminante contragolpe, que fue lo que sucedió en el 2-1.

Luego del cobro de un tiro libre el rebote le queda a Mario Gómez, quien intenta habilitar a Robben y el pase es anticipado por Sahin quien inmediatamente le sirve a Barrios. Mientras el latinoamericano avanza con el balón rodeado de 4 jugadores del Bayern, pude presenciar como desde atrás todo el Dortmund se desplazaba con gran velocidad al frente, en dos, tres segundos Mario Götze había recorrido toda la cancha, desde su propia área donde defendía, hasta la cabecera de la del rival donde recibió sólo, sin marca y con varias opciones para distribuir: devolver en pared a Barrios, abrirla a la banda izquierda a Piszczek, o a la banda derecha a Großkreutz que llegaba.

Götze optó por devolver a otro que llegaba por el medio, a Sahin quien aprovechando la confusión del Bayern que no sabía cuál de todas las opciones de ataque del Dortmund cubrir, sacó un disparo preciso para el 2-1.

El segundo tiempo del Dortmund, menos vistoso que el primero pero aún más brillante, se limitó a –sin el balón- dejar correr contra la pared a un equipo cansado, y –con el balón- a obligar a las líneas del Bayern a replegarse tan profundamente que o bien se rompía el enlace entre ellas, o, para conservar ese enlace, tenía que recorrer largos caminos, lo que elevaba la exigencia física.

Podría extenderme aún más en este análisis, pero correría el riesgo de deleitarme en el detalle. Mejor lo dejo así, con lo fundamental.

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