La excusa para por si acaso

Darle a la cocinera los mejores víveres y escuchar de ella como respuesta un “vamos a ver qué se puede hacer”, cuando lo que yo espero es una merienda para no olvidar, es decepcionante. Escuchar al entrenador alemán Joachim Löw dudar de la calidad a largo plazo de la gran camada de talentos que tiene actualmente a su disposición para la selección también lo es.

Pareciera ser que Löw está intentando aliviar la presión que recae en sus hombros de ganar títulos (Eurocopa 2012 y Mundial 2014 que son los dos eventos que contractualmente tendrá que enfrentar como entrenador), desmontando injustamente a los juveniles excepcionales que Alemania ha promovido en el último año.

Estamos hablando de jugadores tan talentosos como Hummels, Götze, Schmelzer, Holtby, Bender, Schürrle, Reus, etc. Decir que “aún no están al máximo nivel de Europa” es superfluo, claro que no lo están, porque simplemente por su juventud, y también pensando en los equipos en los que forman, todavía no han tenido la oportunidad de probarse en los máximos escenarios internacionales.

Sí, es cierto también que, como sostiene Löw, “aún falta ver cuáles de ellos lo logran”, pero en el fondo esa es su tarea, integrarlos, darle espacio a sus capacidades y explotarlas en beneficio de la selección.

Paradójico es que con otros futbolistas para quienes a veces ese “probar su calidad” en la cotidianidad de la liga no ha sido tan fácil (Podolski o Klose) esa situación no ha jugado ningún papel porque el convencimiento y la confianza de Löw (justificadamente hay que decir) les ha permitido (para bien de Alemania) dar lo mejor de si en la selección.

Pero ahora, cuando la calidad joven inunda el fútbol alemán, el entrenador sale a expresar reservas y a pedir que no haya una desbordada “euforia” alrededor de esa nueva generación. Y uno se pregunta (yo me pregunto) ¿por qué? Cuando se tienen las mejores viandas sólo se puede esperar de la cocinera que nos prepare una sabrosa comida.

Y aquí Löw busca, como en la tauromaquia los banderilleros, un “burladero” detrás del cual poder accionar seguro y libre de responsabilidades. Si con todo ese talento que hay no se obtienen títulos, si con esa materia prima el producto final no es lo que se espera, la responsabilidad no será suya sino de “los que no lograron dar el salto”. Interesante excusa para por si acaso.

Yo hubiera esperado del entrenador nacional otra actitud mucho más valiente, comprometida y acoplada a la situación real; algo así como “tenemos una gran generación emergente y con los mejores de ellos, con los que mejor se integren a nuestro sistema de juego, no hay dudas que somos candidatos número 1 a la Eurocopa y el Mundial”.

Pero no, Löw incluso llega a ilustrar como ejemplo de su posición, en su polémica entrevista con el diario Bild, el caso Toni Kroos, “a quien se consideró también como a Götze un talento excepcional, pero que en el último año no rindió como el anterior en Leverkusen”.

Me pondré personal aquí y diré: vamos señor entrenador, Kroos no ha dejado de ser un gran talento, un excepcional futbolistas, sólo que en el Bayern no se le han dado las oportunidades ni el espacio para jugar en donde mejor puede rendir. Pero esa situación la conoce usted muy bien señor entrenador, con Podolski y Klose pasaba y pasa lo mismo y sin embargo para ellos el cupo en la selección es indiscutible (justamente). Usted, como yo, como el resto de la afición, conoce las razones por qué Kroos en Múnich no es lo que fue en Leverkusen, y ellas no tienen nada que ver, como se desprende de sus declaraciones, que se le juzgó de una forma equivocada, o que ya no es lo que pudo ser (aunque concedido, Kroos sigue en deuda con quienes en él creemos, pero las circunstancias son otras y no las que usted menciona)

Diga lo que diga el entrenador Löw, yo espero de él lo que es lógico: que de esa materia prima de lujo haga un equipo nacional de lujo. Los títulos entonces vendrán, al fin y al cabo Alemania nunca ha tenido en su historia semejante calidad futbolística de dónde escoger.