Donnerstag, 7. Juli 2011

Las razones de la bronca

Esta foto, que muestra dos escenas distintas, son el mejor documento para explicar la bronca que un sector grande de las barras bravas de la afición del Bayern le tiene al arquero de la selección alemana, Manuel Neuer, hoy integrante del club de Múnich. A continuación la historia, con un resumen de los intentos de calmar los animos por parte de las directivas bavaras.

A la derecha se ve a Oliver Kahn, el 19 de mayo del 2001 en Hamburgo, fecha en la que el Schalke, el equipo que Manuel Neuer acompañó en el estadio de Gelsenkirchen teniendo apenas 15 años, fue durante 4 minutos campeón de la Bundesliga, 4 escasos minutos hasta que el Bayern empató (1-1) en Hamburgo en el último segundo de su partido quedándose con la ensaladera y coronándose campeón de Alemania.

A la izquierda, casi 8 años después, en el 2009 en Múnich, Neuer celebró una victoria 1-0 sobre el Bayern de la misma manera que Oliver Kahn en aquel 2001 celebró el título: corriendo hacia la esquina del campo, arrancando el banderín y tirándose al suelo boca arriba. “Esa es una pequeña revancha a lo ocurrido entonces, cuando yo viví amargos momentos junto a la afición del Schalke. Por fin me puedo sacar esta espina de mi corazón” explicó Neuer.

¿El problema? La acción de Neuer ocurrió frente a los ojos, y en medio de los gritos furiosos, de las barras bravas que toman asiento exactamente en esa zona de las triubunas. Una afrenta doble: derrota ante el Schalke y un arquero que ironiza una acción de Kahn que para ellos es sagrada.

El “Koan Neuer” (Ningún Neuer) de la afición cuando se rumoraba la contratación del portero es comprensible, como lo es que el Bayern quiera al mejor de Alemania, y uno de los mejores del mundo, en su plantilla. Al presentarlo oficialmente a la afición las directivas bavaras se esforzaron por evitar nuevas acciones como esta y se sentaron en una mesa redonda con representantes de todas las peñas, quienes se comprometieron a acoger al arquero calidamente.

En el Allianz Arena, ese 2 de julio, las barras bravas, las que se niegan a abrirle el corazón a Neuer, no fueron admitidas, o mejor “oficialmente” habían firmado la paz. La verdad es que las imagenes que le dieron la vuelta al mundo de un calido recibimiento, fue ofrecido por familias y chicos, pero no por el grueso de la afición, no por esa que va al estadio, que accedió al acuerdo de no agresión pero no por ello empezó a amar al ex Schalke.

Ahora en Italia la novela de rechazo a Neuer escribe un nuevo capítulo con una nueva pancarta en su contra. Claro, las directivas y las peñas del equipo bavaro dicen que esa fue una acción de una “minoría”. Lo cierto es que sólo con triunfos y grandes actuaciones, en un camino largo, Manuel Neuer será aceptado.

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