Mittwoch, 28. September 2011

Las claves de la victoria del Bayern sobre el ManCity

Anoche en Múnich el Bayern obtuvo un triunfo (2-0) muy importante en la fase de grupos de la Champions League, sobre el ManCity, que lo pone a la cabeza de su grupo y allana en buena parte el terreno para su paso a la siguiente ronda. Claves importantes del partido: dos penaltis que se negaron a los ingleses, el aguante de los locales en los primeros 30 minutos, Ribéry, dos errores del arquero Hart, Mario Gómez y Mancini sacando del terreno de juego a Dzeko. Vamos por partes.

El Bayern se encontró desde el primer minuto con un ManCity atrevido, de hecho el partido en su primer tercio fue todo para la visita. Dzeko ganó repetidamente balones en la cabecera del área que le permitieron acercarse con peligro al arco de Manuel Neuer; Silva colocó en varias ocasiones en escena a sus compañeros en los movimientos de ataque, protagonizando una escena que un árbitro de más carácter hubiera calificado como falta de penalti; los laterales tuvieron libertades para llegar al fondo y aportar.

Los dueños de casa cometieron repetidamente el error de plantarse demasiado al fondo de su propio terreno, el central Daniel van Buyten lucía inseguro y esto frenaba el desdoblamiento de sus colegas, Mario Gómez no conseguía ganar el balón, Toni Kroos no encontraba salida y Thomas Müller recibía con poca frecuencia. Dos tiros de larga distancia constituyeron en la primera media hora las únicas acciones de peligro de los bávaros.

El único que opuso resistencia fue Ribéry, y fue el francés, con sus continuos desbordes (y aún más destacable, con sus espectaculares recuperaciones de balón) el encargado de empezar a desequilibrar un partido que en la balanza se inclinaba a favor del ManCity.

En el minuto 38 llegaría la hora del portero Joe Hart, quien hasta entonces no había sido exigido. Ribéry sacó un disparo que el arquero inglés –en contra a los manuales- rechaza no hacia el lado sino al frente. Si bien reacciona espectacularmente en el rebote parándole Thomas Müller, el siguiente balón flotante lo pesca Mario Gómez para el 1-0 en su primer disparo a puerta.

En el minuto 45 otra vez Hart es protagonista pues por el paral de su mano derecha, el que escogió como suyo, van Buyten le cabecea. El arquero ingles rechaza atravesando penurias esa primera pelota, pero el rebote pescado por Mario Gómez ya era inatacable. Segundo tiro a puerta del hispano-alemán, segundo gol. A propósito, Gómez, quien estuvo en la cancha hasta el minuto 90, ya no dispararía más al arco.

En 7 minutos el arquero Hart se permitía dos desafortunadas acciones que desembocaron en dos goles; de nada serviría más tarde, en el segundo tiempo, que detuviera con propiedad los continuos ataques del Bayern, y que –vistos sólo los segundos 45 minutos, y los primeros 37 donde poco se le exigió- incluso pudiera haber sido candidato a “jugador del partido”.

Esas son las leyes del fútbol: un arquero puede salvar 99, pero si la número 100 entra, es gol, y su equipo pierde, es villano; un delantero puede estar 90 minutos en la cancha, sacar apenas dos disparos a puerta, pero si ambos son gol y su equipo gana, es héroe. El primero fue Joe Hart, el segundo es Mario Gómez.

Para redondear la noche de Champions en Múnich, que después de la pausa fue toda del Bayern, Mancini, el entrenador del ManCity, sacó en el minuto 56 a Edin Dzeko, el único del equipo de la visita que le venía causando problemas a la defensa local. Un movimiento inexplicable que Mancini justificó con un “queríamos evitar encajar un tercer gol”. Una filosofía bastante peculiar, especialmente cuando su equipo demostró en los primeros 30 minutos que era factible aspirar a hacerle daño al club de Múnich.

Así las cosas, el triunfo, merecido, fue del Bayern.

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