Hay que registrarlo para entender la verdadera dimensión de lo logrado por Rangnick: el de anoche en Italia, el de cuartos de final de la Champions League, fue apenas su segundo partido al frente del Schalke. Que él es uno de los mejores entrenadores alemanes de los últimos años no es novedad, pero que en tan poco tiempo pudiera lograr darle una estructura a un equipo que se venía caracterizando por repentizar en diferentes posiciones es un testimonio contundente de sus capacidades.
Ya contra el St. Pauli en la Bundesliga el pasado fin de semana se vieron los esbozos de ese gran plan que diseñó Rangnick para Milán. Destaquemos los principales rasgos de este retrato que se transformó en un inolvidable triunfo (Schalke 5 – Inter 2)
Edú como punta: El brasilero ha jugado esta temporada apenas 9 partidos como titular en todas las competencias en las que participa el Schalke; en otros 16 ingresó desde el banco. Rangnick en cambio lo ha presentado en el once inicial en los dos partidos que ha dirigido y lo ha puesto a cumplir una tarea en la que contra el Inter fue muy importante, la de apretar a la defensa local, la de bajar a tierra todos los balones, la de chocar sin contemplación. La teoría del entrenador del Schalke fue “una defensa con tantos problemas e irregularidades hay que ocuparla hasta que empiece a hacer agua”. Edú, más allá de los dos “golazos” que anotó, fue vital haciendo lo que le encomendaron.
Del doble al triple 6: Así como Rangnick le ordenó a Edú utilizar su cuerpo y su fortaleza, igualmente acertó al abrirle de esta forma grandes espacios de desplazamiento ofensivo de Raúl, pero el español, quien de por si no tiene problemas en recorrer largos trayectos en busca del balón, se sumó con gran disciplina a la actividad defensiva. Con este orden táctico el Schalke pudo contar con un jugador más que apoyara a los compañeros encargados de la contención en el medio (Jurado y Papadopoulos) lo cual sirvió para que a lo largo del partido se le cortara al Inter el suministro de balones a Eto´o y Milito por parte de Sneijder. La flexibilidad de transformar un doble 6 en un triple 6 obligó a que los italianos utilizaran los largos lanzamientos en dirección al área como su principal arma de ataque, lo cual le funcionó en dos ocasiones, en los dos goles, ambos originados en la perdida de balón de Jefferson Farfán (el menos disciplinado a la hora de contener).
La experiencia: Rangnick pudo haber acudido al que en este momento es el mejor lateral izquierdo del Schalke, el español Sergio Escudero, pero con ello en Milán la línea defensiva alemana habría estado muy bien copada pero con un manco, su falta rutina y experiencia. El entrenador acudió entonces al ghanés Hans Sarpei, un curtido jugador de 34 años que se encargó de fungir como “abuelo” de la zona posterior velando por el orden, por ello sus arremetidas ofensivas (mucho más frecuentes por la otra banda con Uchida) fueron limitadas. A primera vista pareciera ser un error suyo el que habilita a Cambiasso a entregarle el pase de cabeza a Milito, pero a) sus colegas no dieron el paso adelante a tiempo; b) Uchida dejó correr al argentino libre de marca a recibir.
El redescubrimiento: hace 2 semanas Alexander Baumjohann estaba jugando con las divisiones inferiores del Schalke a donde había sido condenado por Felix Magath; hace unos años se le consideraba uno de los más talentosos jóvenes del fútbol alemán y el Bayern pujó por él hasta adquirirlo para luego dejarlo partir. Rangnick conoce al volante desde que este tenía 17 años y confía en sus capacidades, cuando llegó a Gelsenkirchen llamó al jugador de su destierro y le dijo “tú tienes otra oportunidad, yo creo en ti, aprovéchala” y lo puso de titular en St. Pauli y en Milán. ¡Qué gran acierto! Alemania se alegra de recuperar a un hijo prodigo que estuvo a punto de perderse por razones que sólo Magath conoce.
Y para cerrar un video para que recordemos lo sucedido en Milán, así se escribió historia
Keine Kommentare:
Kommentar veröffentlichen