Sonntag, 13. März 2011

Hamburgo: tan grande, y a la vez tan chico

En una Bundesliga tan movida en los últimos días, tanto en lo deportivo (7 equipos en pelea contra el descenso, entre ellos grandes como el Bremen, el Stuttgart o el Wolfsburgo; un Núremberg arañando inusualmente las posiciones que llevan a competencias europeas; y el Dortmund empezando a sentir –aunque todavía son 9 puntos- la presión del Leverkusen por el título) como en lo administrativo (van Gaal, el “se va, no se va, se va” de Magath en Schalke) es justo dedicarle unas líneas a un gran club que se comparta con el caos propio de los pequeños: el Hamburgo.

Tras el penoso y humillante 0-6 en Múnich (la derrota más abultada en los últimos 7 años) el arquero Frank Rost, sabiendo que sus palabras le podrían costar (como le costarán) la renovación del contrato que vence el verano, tuvo la valentía de llamar a las cosas por su nombre: “!esto es una locura, así es imposible trabajar! Yo estoy completamente decepcionado y frustrado, con este club sólo se puede perder, lo que están haciendo es lamentable”.

Y lo que están haciendo (Rost se refería a las directivas) o mejor ya se hizo, es el cavar la sepultura del entrenador Armin Veh (“una persona honesta y directa, virtudes que al parecer ya no cuentan en este deporte” dijo el arquero del Hamburgo) quien no continuará al frente del equipo a partir del verano, y por lo tanto ya no tiene ninguna influencia sobre el grupo de futbolistas a los que teóricamente debe exigirles un rendimiento y una disciplina que no está en condiciones –dada su posición de estar despidiéndose a cuotas- fomentar ni imponer.

Pero lo de Veh es apenas el más reciente eslabón en una larga cadena de ya constantes intranquilidades administrativas esta temporada: primero vino el debate en torno a un inversionista que ponía los recursos para adquirir jugadores a cambio de derechos de transferencia; luego el tira y afloje para llevar a Matthias Sammer como director deportivo y cuando estaban anunciando su contratación éste comunicó oficialmente que se quedaría trabajando con la Federación Alemana de Fútbol; la novela alrededor de van Nistelroy y su deseo de regresar al Real Madrid lo cual le negaron para relegarlo luego a la banca de suplentes (con razón porque motivación no tiene y anda herido); a continuación la no renovación del contrato del gerente Bernd Hoffmann, quien despechado (dicen los jugadores, mejor dicho Rost) se marchó de vacaciones a esquiar y se desentendió de las actividades del club.

Y si en los pisos de arriba del Hamburgo las cosas no funcionan, pues mucho menos se puede esperar que abajo, en el gramado, los jugadores entreguen lo mejor de sí. Lo de Múnich, lo dije vía Twitter, fue una aplastante derrota en la que no bastó que el Bayern fuera mejor, sino que los visitantes se rindieron antes de siquiera probar poner resistencia; no hubo voluntad de enfrentar al rival, y el rival sacó lo mejor aceptando la oferta del oponente de no defenderse y bajar los brazos.

Para mí fue ejemplar de esa actitud el rendimiento de Zé Roberto, un jugador que incluso cuando está mal aporta lo suyo, pero en Múnich, en casa de sus ex empleadores, casi 70 mil personas le extrañaron pues sabían que andaba por allí por el estadio, pero muchos al no verlo en la cancha pensaron que quizás estaría en la tribuna. Tal vez el brasilero cambió de color de piel para el partido contra el Bayern, de pronto ahora su tez era verde, de otra forma no se explica su desaparición, que por supuesto no fue tal pues jugó, pero eso sí muy mimetizado con el césped, tanto que era imposible reconocerlo.

Y si eso pasó con un profesional admirable por su ética y honestidad, ¿que se podía esperar del resto? Nada diferente a lo que entregaron: nada.

Me duele un poco ver al Hamburgo navegando por la mitad de la tabla, demasiado malo para el título, demasiado bueno para el descenso, al inicio de cada temporada aspirante al campeonato, al final una frustración. Y así ya durante varios años por culpa de… ¿Por culpa de quién?

Yo me atrevo a mirar hacia arriba, en dirección a las directivas, una plantilla con (por ejemplo en esta campaña) un entrenador bueno como Veh, jugadores de la calidad de Zé Roberto, Marcel Jansen, Elia, Petric, Pitriopa, Westermann, Rost, etc, no puede ser acusad de carecer de potencial.

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